miércoles, 23 de julio de 2014

AL AMOR


              

Si eres bien arrebatado al cielo
¿por qué las dudas, el gemido, el llanto ,
la desconfianza, el torcedor quebranto,
las turbias noches de febril desvelo?

Si eres un mal en el terrestre suelo
¿Por qué los goces, las sonrisas, el canto
las esperanzas, el glorioso encanto,
las visiones de paz y de consuelo?

Si eres nieve ¿Por qué tus vivas llamas
Si eres llama ¿por qué tu hielo inerte?
Si eres sombra, ¿por qué la luz derramas?

¿Por qué la sombra, si eres la luz querida?
Si eres vida ¿por qué me das la muerte?
Si eres muerte ¿Por qué me das la vida? 

Manuel Gonzáles Prada

martes, 22 de julio de 2014

LA VIEJA QUE ENGAÑÓ A LA MUERTE



Puede ser verdad, puede que no lo sea, pero había una vez una vieja muy vieja.
Era realmente muy pero muy vieja, más vieja que el jardinero que plantó el primer árbol del mundo.
Sin embargo, estaba llena de vida y la idea de morir le quedaba muy lejos. Se pasaba el día atareada en su casa lavando, limpiando, guisando, cosiendo, planchando y quitando el polvo, como si fuese una joven ama de casa.
Pero, un día, la Muerte se acordó de la vieja y fue a llamar a su puerta. La anciana estaba haciendo la colada* y dijo que, justo en ese momento, no podía irse. Aún debía aclarar, estrujar, hacer secar y planchar su ropa. Aun dándose prisa, pensaba que estaría lista, en el mejor de los casos, a la mañana siguiente; por tanto, la muerte haría mejor en volver un día después.
Espérame, entonces, mañana a la misma hora- dijo la Muerte, y escribió con tiza en la puerta: “Mañana”.
Al día siguiente, la Muerte volvió para llevarse a la vieja.
–Pero, señora Muerte, sin duda usted se ha equivocado. Mire la puerta y verá cuál es el día fijado para venir a buscarme– observó la vieja.
La Muerte miró la puerta y leyó: “Mañana”.
–Está claro, pues – añadió la vieja–. Tiene que venir mañana, no hoy.
La Muerte fue al día siguiente. La vieja la recibió con una sonrisa y le dijo: -Pero, señora Muerte, usted se ha equivocado otra vez. ¿No recuerda que usted misma escribió en la puerta que vendría mañana y no hoy?
Y así la historia continuó durante todo un mes. Pero la Muerte acabó por cansarse. El último día del mes le dijo: –¡Me estas engañando, vieja! Mañana vendré a buscarte por última vez. ¡Recuérdalo bien!– dijo. Borró de la puerta lo que ella misma había escrito y se fue.
La vieja, en ese momento, dejó de sonreír. Pensó mucho, porque quería encontrar otra manera de engañar a la muerte. No pegó ojo en toda la noche, pero no llegó a idear nada.
–Me esconderé en el barrilito de la miel –se decía la vieja–, ¡Seguramente la Muerte no me encontrará ahí dentro! –. Y se escondió en el barrilito de la miel, dejando fuera solo la nariz. Pero de repente pensó: –¡Por el amor de Dios, la Muerte es astuta! ¡Me encontrará en el barrilito de miel y me llevará consigo!
Salió del barril y fue a esconderse en una cesta llena de plumas de ganso. Pero de repente pensó: –¡Por el amor de Dios, la Muerte es astuta! Me encontrará también en la cesta–. En el momento en que salía de la cesta, la Muerte entró en la habitación. Miró a su alrededor y no llegó a ver a la vieja por ninguna parte. En su lugar vio una figura terrible, espantosa, toda cubierta de plumas blancas y con un líquido espeso que se escurría por su cuerpo. No podía ser un pájaro, tampoco una persona, era, sin duda, algo terrible de ver. La muerte se asustó tanto que puso sus pies en polvorosa, huyó y nunca más volvió a buscar a la vieja.

*Hacer la colada: lavar.
Herrera, Ana Cristina; Besora Ramón “25 cuentos populares de miedo”; p.p 73-74. Editorial Siruela/Aura

miércoles, 16 de julio de 2014

DECLARACIÓN UNIVERSAL DE LOS DERECHOS HUMANOS

La Declaración Universal de los Derechos Humanos se dirige a los gobiernos de las naciones miembros de la ONU (Organización de las Naciones Unidas) con la finalidad de promover, mediante la enseñanza y la educación, el respeto a estos derechos y libertades, y asegurar su aplicación universal y efectiva. Esta Declaración, adoptada y proclamada por la resolución de la Asamblea General 217 del 10 de diciembre de 1948, cuenta con algunos artículos esenciales: Artículo 27. Toda persona tiene derecho a tomar parte libremente en la vida cultural de la comunidad, a gozar de las artes y a participar en el progreso científico y en los beneficios que de él resulten. Toda persona tiene derecho a la protección de los intereses morales y materiales que le correspondan por razón de las producciones científicas, literarias o artísticas de que sea autora. Artículo 28. Toda persona tiene derecho a que se establezca un orden social e internacional en el que los derechos y libertades proclamados en esta Declaración se hagan plenamente efectivos. Artículo 29. Toda persona tiene deberes respecto a la comunidad, puesto que sólo con ella pueden desarrollar libre y plenamente su personalidad. En el ejercicio de sus derechos y en el disfrute de sus libertades, toda persona estará solamente sujeta a las limitaciones establecidas por la ley con el único fin de asegurar el reconocimiento y el respeto de los derechos y libertades de los demás, y de satisfacer las justas exigencias de la moral, del orden público y del bienestar general en una sociedad democrática. Estos derechos y libertades no podrán, en ningún caso, ser ejercicios en oposición a los propósitos y principios de las Naciones Unidas. Artículo 30. Nada en esta Declaración podrá interpretarse en el sentido de que confiere derecho alguno al Estado, a un grupo o a una persona, para emprender y desarrollar actividades o realizar actos tendientes a la supresión de cualquiera de los derechos y libertades proclamados en esta Declaración. http://www.un.org/es/documents/udhr/index.shtml#a27(Adaptación)

EN NOMBRE DE BOBY

(Fragmento) 

Ayer cumplió los ocho años, le hicimos una linda fiesta y Boby estuvo contento con el tren de cuerda, la pelota de fútbol y la torta con velitas. Mi hermana había tenido miedo de que justamente en esos días viniera con malas notas de la escuela pero fue al revés, mejoró en aritmética y en lectura y no había motivo para suprimirle los juguetes, al contrario. Le dijimos que invitara a sus amigos y trajo a Beto y a Juanita; también vino Mario Panzani, pero se quedó poco porque el padre estaba enfermo. Mi hermana los dejó jugar en el patio hasta la noche y Boby estrenó la pelota, aunque las dos teníamos miedo de que nos rompieran las plantas con el entusiasmo. Cuando fue la hora de la naranjada y la torta con velitas, le cantamos a coro el “apio verde” y nos reímos mucho porque todo el mundo estaba contento, sobre todo Boby y mi hermana; yo, claro, no dejé de vigilar a Boby y eso que me parecía estar perdiendo el tiempo, vigilando qué, si no habían nada que vigilar; pero lo mismo vigilando a Boby cuando él estaba distraído, buscándole esa mirada que mi hermana no parece advertir y que me hace tanto daño. Ese día solamente la miró así una vez, justo cuando mi hermana encendía las velitas, apenas un segundo antes de bajar los ojos y decir como el niño bien educado que es: “Muy linda la torta, mamá” y Juanita aprobó también y Mario Panzani. Yo había puesto el cuchillo largo para que Boby cortara la torta y en ese momento sobre todo lo vigilé, desde la otra punta de la mesa, pero Boby estaba tan contento con la torta que apenas la miró así a mi hermana y se concentró en la tarea de cortar las tajadas bien igualitas y repartirlas. “Vos la primera mamá”, dijo Boby dándole su tajada, y después a Juanita y a mí, porque primero las damas. Enseguida se fueron al patio para seguir jugando, salvo Mario Panzani que tenía al padre enfermo, pero antes Boby le dijo de nuevo a mi hermana que la torta estaba muy rica, y a mí vino corriendo y me saltó al pescuezo para darme uno de sus besos húmedos. “Qué lindo el trencito, tía”, y por la noche se me trepó a las rodillas para confiarme el gran secreto: “Ahora tengo ocho años, sabes, tía”. Julio Cortázar, Cuentos completos 2: En nombre de Boby, Alfaguara, México, 1977.

miércoles, 2 de julio de 2014

NOVENTA Y OCHO: El clarín de Cajamarca



El clarín de Cajamarca, un instrumento de viento de inspiración hispánica que apareció en el siglo XVIII, está considerado por el gobierno peruano como Patrimonio Cultural de la Nación. El clarín de Cajamarca o “shukcha”, que es el nombre en quechua de la caña con que está fabricado, es uno de los instrumentos musicales más peculiares y propios de la región cajamarquina. El clarín también llamado Kepa, es una trompeta de tres partes: un pabellón de calabaza, coco u hojalata, el cuerpo de una sola pieza de carrizo grueso de unos 3 a 4 metros de largo y una boquilla desarmable de 10  centímetros. Su ejecución es considerada “particularmente difícil” porque hay que sostenerlo con el pabellón hacia arriba en posición diagonal, coger el cuerpo con un brazo y agarrar la boquilla con la otra mano para soplar por ella. El clarinero suele aparecer acompañado de un ejecutante de caja o tambor, combinación usual en Cajamarca que constituye una de las imágenes típicas del folklore local. El clarinero está presente en faenas agrícolas (corte de trigo y limpia de acequias), fiestas patronales y ganaderas, y en las danzas tradicionales como los Chunchos o los Incaicos.
101 RAZONES
Por las que estoy orgullo de ser cajamarquino
Jorge Pereyra Terrones